Respuesta:
Existen secretos que se pueden guardar toda la vida. Algunos de ellos pueden significar una carga y con el tiempo se va volviendo más pesada hasta el punto de generar una situación insostenible y peligrosa.
Nadie puede juzgarte por haber tomado la decisión de guardar ese secreto de que eras madre soltera. Más aún, sabiendo cómo es la sociedad que juzga y sentencia sin conocer las causas. Quizá fue por protección o por el deseo de alejarte de etiquetas que cruelmente suelen poner las personas, por morbo o por maldad.
No te sientas culpable por buscar el camino más conveniente para tu tranquilidad. Pero cuando el amor se te cruzó sin avisar en tu camino, quizás pensaste que no era el momento de mostrar toda tu historia por precaución o resguardo, lo cual sería también correcto.
Sin embargo, ahora estás ante una encrucijada y llegó el momento de revelar el secreto. Este podría ser el mejor momento para poner a prueba los sentimientos.
Esa revelación podría ser sometida a un proceso de varias fases. Aparecerán la negación, las dudas, la decepción, las culpas y quizá hasta el rechazo. Luego un tiempo de silencio y distanciamiento que, aunque parezca algo malo, suele ser muy útil para que la mente y el corazón se pongan de acuerdo.
De hecho, se necesita ese espacio para identificar y entender lo bueno y lo malo en toda esta historia. Hay caminos oscuros por los que hay que pasar inevitablemente si pretendemos llegar a la claridad. No hiciste nada malo y no dejes que te convenzan de lo contrario. Tomaste la decisión de protegerte y proteger a tu hijo y si alguien te ama de verdad, tendrá que entenderlo.
Sea como fuere el resultado, la ayuda psicológica puede ser de gran ayuda.