
¡Terrible! Así se puede calificar el hecho que en el Paraguay no se va a poder ver la Copa América Centenario que se disputará en el país del Norte. La empresa dueña de los derechos de televisación seguro se habrá enterado que el Paraguay es un “país de maravillas”, parafraseando al caudillo colorado Herminio Cáceres, y por eso puso un precio excesivamente alto a los medios televisivos para adquirir los derechos.
Seremos el único país que no vamos a poder ver jugar a nuestra querida Albirroja este torneo internacional. Y parece ser que ni la recaudación por la venta de cigarrillos alcanzará para que el Gobierno pueda solventar el costo de los derechos de televisación. En Bolivia, el Gobierno de Evo se hizo cargo y hasta en Venezuela, con su economía al ras del piso, los fanáticos del fútbol podrán observar por TV a su “Vino Tinto”.
Cuando comience a rodar el balón, como dicen los periodistas deportivos, la ronda de tereré o las conversaciones en los lugares de trabajo no serán las mismas. Hasta los mercaditos que venden la carne y el carbón y las bodegas mismas lamentarán esta “catástrofe” de la no televisación de la Copa Centenario. Es que sin imágenes, ni el asadito tendrá el mismo sabor.
Pero siempre existe por ahí algún paraguayito genio que seguro le encontrará la vuelta. Aquí cabe la pregunta: ¿volverá la piratería satelital? De un tiempo a esta parte era común ver las antenas que captaban señales de televisión de manera clandestina.
Ya escuché a varios decir que eso podría ser la solución al problema para ver en acción al “Motochorro”, al “León guarani” y compañía. Algunas emisoras radiales adquirieron el derecho de transmisión y de esa manera se podrá volver a lo de antes, quedarse pegado al aparato receptor (radio) para escuchar, al menos, los relatos. Esto de la no televisación sí que es un penal en contra.