El amor no es una cuestión de fe, tampoco una religión. El amor es una experiencia afectiva y emocional que suele llegar de imprevisto. Nadie puede amar a la fuerza ni puede dejar de querer cuando lo crea conveniente, al no sentirse correspondido, por ejemplo. Y es quizá ahí, en esta pequeña sensación de falta de control donde aparece el verdadero problema para confiar en el amor.
Tras una decepción amorosa, muchas cosas cambian en las personas. Es un momento sumamente difícil que nos hace cuestionar muchas de las creencias que teníamos en el pasado.
Puede acabar con nuestra autoestima, nuestra seguridad en nosotros mismos y, sobre todo, con nuestra fe en el amor de pareja y nunca es tarde para volver a confiar en el amor… pero primero debemos ser felices nosotros mismos para así poder estar con esa persona por lo queremos no porque lo necesitamos en la vida. El amor es una fuerza misteriosa que claramente tiene planes que nunca comprendemos completamente. Es como el mar, se mueve de forma imprecisa, a veces dejándote inmóvil, sin saber exactamente qué hacer. No importa por cuántas rupturas amorosas hayamos pasado, sabemos que eventualmente nos recuperaremos y aunque de vez en cuando es difícil volver a creer en el amor, pronto llega una persona a nuestra vida que nos hace cambiar de opinión.