Doña Eugenia (nombre ficticio) estaba acostumbrada a cocinar su sopa al tatakua. Era toda una odisea desde juntar la leña hasta retirar la asadera con palos largos para no quemarse.
Sin embargo, un día sus hijos le regalaron un horno eléctrico y todo cambió. Sigue haciendo sopa pero ahora al modo eléctrico, que es más rápido.
Uno piensa que quedó con melancolía de querer seguir usando su horno tradicional pero, en realidad, casi nunca más usó su tatakua.
La factura de la luz despegó pero es el precio de una mejor calidad de vida.
Me imagino que es ese el mundo en el que tenemos que manejarnos. Lejos de la combustión de leña o de los combustibles fósiles.
El PhD en Energía, Victorio Oxilia Dávalos, manifestó que las motos eléctricas gastan apenas G. 14.500 por cada 100 kilómetros, es decir, lo equivalente a 2 litros de nafta.
Propuso que ensamblemos las motos eléctricas en el país y generemos mano de obra. Muchas alternativas se pueden plantear y sería una pena si no tomamos el tren de esta nueva ola.
Espero que vayan por buen puerto al menos las tratativas del Gobierno que dice que está buscando renovar la flota de buses con los micros eléctricos.