
A doce pasos de él estaba uno de los delanteros mejor pagados del mundo, artillero de la Liga Premier y dueño de un olfato goleador envidiable. El oriundo de Cerrito, Ñeembucú, no se dejó impresionar por los pergaminos. Le sonrió al flojo de Fedorczuk, que le acababa de cobrar un penal inexistente al guapo de Da Silva.
Se frotó los guantes y esperó la orden. El árbitro uruguayo sopló el pito. El “Kun” disparó y eligió el palo izquierdo. Justo adivinó y desvió el disparo para que el 1-0 a favor de Paraguay siga siendo justo en el Mario Alberto Kempes.
“Chiqui” recurrió a él porque el partido le venía como anillo al dedo. La Albirroja venía de caer de local ante Colombia y las papas quemaban. Nos enfrentábamos a una de las mejores selecciones del mundo y hacía falta alguien de experiencia en este tipo de partidos calientes.
Poco después de la pena máxima, Agüero se metió como un rayo en el área guaraní y abrió fuego: Villar nuevamente acalló su grito de gol con una estupenda tapada. Su figura se agigantó y anoche fue un hombre clave en la merecida victoria de los albirrojos.
Paraguay estaba herido y eran pocos los que estaban convencidos de que podía dar el batacazo. Nos tapó la boca a muchos, y hoy sus aspiraciones a clasificar al Mundial de Rusia reviven con un triunfo simplemente épico en tierras de Rodrigo y “La Mona” Giménez.
Paraguay le hizo bailar un “tango feroz” en la primera etapa al elenco local con la rapidez de los mellizos Ángel y Óscar, “Maikel” y Derlis. Este último se tomó su revancha al vencer la valla de Romero en los primeros minutos del juego, tras una estupenda maniobra personal y habilitación de uno de los mellis (a estas alturas ya no recuerdo si fue Óscar o Ángel, da lo mismo).
Chilavert era un hincha más en los comentarios del duelo y el portavoz de muchos que fuimos dominados ante tanta pasión y ansiedad. Ganó la Albirroja y, por enésima vez, la Selección Nacional regala un paño de alegrías a un pueblo tan necesitado de momentos felices. Es, sin lugar a dudas, JUSTO y necesario. Ya tú sabes.