Por Carlos Miranda @carmiranda94
Las fechas conmemorativas sirven para recordarnos la importancia de un suceso histórico; o bien resaltar la función de un grupo de personas que desempeñan una función determinada que resulta útil e indispensable para los demás.
En Paraguay, el Día de la Madre se recuerda cada 15 de mayo, en homenaje a la “Madre Patria”, que nos hace a todos; aunque también existen quienes sostienen que guarda relación con la función desempeñada por Juana María de Lara, mujer que participó activamente del proceso independentista de nuestro país.
La madre es la primera maestra, nuestra primera percepción del amor y de la sociedad”
Cual fuere el caso, hoy es un día muy especial que nos invita a reflexionar sobre nuestra posición en la sociedad y el compromiso que tenemos con ella. No somos culpables de haber nacido en esta tierra, ni de tener la familia que tenemos; pero sí poseemos la responsabilidad por lo que ocurra durante nuestra estadía en este suelo, en esta época.
La República del Paraguay cumple 206 años como país soberano. Heroismo, esperanza; corrupción o sufrimiento, nuestra historia está cargada de altibajos. Como paraguayos, debemos honrar a nuestras raíces, a la mamá. Todo comenzó en el vientre materno y nuestros primeros aprendizajes vinieron de ella; no permitamos que pasen desidia y esforcémonos para que en un futuro podamos otorgarles una senectud tranquila y ser su “motivo de orgullo”.
Es cierto que no todos tenemos las mismas posibilidades de sobresalir académica y laboralmente al punto de llegar a la autosuficiencia económica y solventar a la familia; pero nunca nos olvidemos de abrazarla, mimarla y recordarle cuánto la queremos; mañana puede ser muy tarde.
El trato que demuestres es lo que recibirás de tus hijos. Todo es como una rueda y más temprano que tarde, necesitarás de la ayuda de tus seres queridos. Nunca escatimes recursos para hacer de tu entorno lo más ameno posible. Si hay algo que es eterno, es la esencia que caracteriza a cada uno; si es verdad que el paraguayo es solidario y unido a sus semejantes, ese buen concepto seguirá retransmitiéndose con las siguientes generaciones.