19 may. 2025

Todo es un problema de vocación

@uruser @uruser

Imagínese que la institución para la cual usted trabaja le ofrezca una formación gratuita. No interferirá en sus horarios, le permitirá hacer una mejor tarea, cultivarse y eventualmente, tener un mejor ingreso en el futuro. Usted no va, no se anota. Supongamos que eventualmente no pueda, al igual que el 98% de sus compañeros.

Algo anda mal y tal es lo que pasa con las oportunidades de formación que el MEC ofrece a los docentes: si bien es entendible lo que ocurre con las becas en Europa (la lejanía es una limitante importante) no resulta tan comprensible lo que ocurre con las oportunidades de formación dentro del país: muy pocos docentes se postulan.

Yo creo que es un problema de vocación, de estar trabajando en docencia no porque querían o era lo que amaban, sino porque era lo que tenían a mano o lo que quedaba por hacer. Una simple forma de ganar dinero, poco o mucho.

La docencia es una de las 5 o 6 profesiones imposibles de ejercer más o menos en forma si no se tiene una vocación muy fuerte, junto con la de policía, médico, militar, político, cura o pastor y las que ustedes gusten agregar. Cuando uno está en lo que está por dinero o por descarte, no es lógico esperar un buen trabajo, ni gente feliz o realizada.

Si no se tiene la vocación de servicio necesaria para ejercer estas actividades, esa sensación de plenitud al alegrarse con el bien de otros, de tener como máxima recompensa el sabor del deber cumplido, nada bueno saldrá y tendremos gente que trabaja, solo y exclusivamente, por la plata.

“Por la plata baila el mono”, dice el dicho y nuestros monos, más o menos caros y desperdigados en todos los ámbitos, monos sin corazón y sin ideales, nos están dejando sin formación, sin servicios, sin ideas y agrego, sin esperanza. En el cúmulo de cosas ocurridas en estos días me llamó la atención lo que dijo un senador: “Se está pagando por los votos”.

Tan mal estamos, tan sedados y acostumbrados, que no dijimos nada, pero es terrible. Si un honorable de la Honorable Cámara dice eso y ningún honorable se ofende, es porque a nadie le importa nada. $olo el vil metal.