03 mar. 2025

Tacumbú, desde adentro

@feryirobles @feryirobles

“Por un maldito celular se va a morir”, fue una de las tantas frases que me tocó escuchar entre los desesperados gritos de las madres que estaban frente a Tacumbú, mientras miraban la enorme humareda que salía del penal, y veían salir a un guardia cárcel muerto, se imaginaban lo peor.

En ese momento, solo les venía a la cabeza las condiciones infrahumanas en que se encuentran sus hijos y otros internos dentro de esa precaria infraestructura. Muchos de ellos, abandonados a su suerte. Con esas palabras, estoy segura que esa mamá no defendía el hecho delictivo que cometió su hijo, sino que al igual que todos, cuestionaba el deficiente sistema judicial que no hace más que acumular presos en las cárceles con sus eternos procesos.

La tragedia del incendio dejó seis muertos, y pudo haber sido peor. El hacinamiento en Tacumbú, la mayor penitenciaría del país, es el histórico problema. Empezamos por la inseguridad en las calles, el corrupto e inoperante sistema judicial, el abandono de los reos, la infraestructura colapsada por la superpoblación, la miseria en los pasillos, suciedad, pobreza, hambre, enfermedades, la tristeza…. es una cadena que en lugar de mejorar, empeora cada vez más, y pese a resultar cliché, definitivamente es una bomba de tiempo que está con la mecha encendida.

El castigo por la comisión de un hecho punible, sobrepasó la línea de la privación de libertad. Perdieron la libertad, y la dignidad. Todos sus derechos humanos están siendo violados ante los ojos del Gobierno y de toda la sociedad.