Los gritos de Juan Carlos Godoy, “arruinaron” los aplausos que recibía el ministro de Salud, Julio Borba, durante la primera jornada de vacunación a los abuelitos, en el Hogar de Ancianos Santo Domingo.
Un hijo desesperado por salvar la vida de su mamá, se armó de valor y fue a interrumpir el acto oficial. Rogó por una cama de Terapia Intensiva y relató la caótica situación por la que estaban pasando hace una semana.
“Esto es una emergencia, una tragedia, no hay mascarillas para adultos mayores con reservorio de oxígeno en ninguna farmacia, en ninguna cadena distribuidora, no podemos conseguir y nuestros familiares se ahogan, se mueren en vida”, manifestó Juan y, esa pequeña ráfaga de esperanza y alegría que se vivía en el Hogar de Ancianos, desapareció.
Con el ínfimo avance el Gobierno intentó aliviar las críticas. Pero, solo cruzando la calle, se encuentra el verdadero infierno causado por su corrupción. IPS, donde cientos de paraguayos sufren por la falta de medicamentos y atención médica.
Una funcionaria del Ministerio de Salud, intentó reiteradas veces sacar a Juan, apartarlo de las cámaras, callarlo. Pero no tuvieron de otra que asistir y poner paño frío al escándalo. Aunque intenten ocultarlo, no lo conseguirán, porque la realidad les seguirá a donde quiera que vayan.