16 dic. 2024

Siguen vulnerando derechos

@santula @santula

Resulta sorprendente la manera en que la ciudadanía en general acepta de manera sumisa la violación de sus derechos para ahorrarse tiempo o trámite. Con asombro emitíamos en AAM imágenes de un nuevo procedimiento de la Secretaría Nacional Antidrogas que a las claras pisotea varias garantías constitucionales como por ejemplo, la presunción de inocencia.

Nos convertimos en un estado policíaco que acepta la inutilidad de sus autoridades para combatir delitos y tolera que en nombre de esa lucha llamen prevención a la sospecha indiscriminada teniendo que cada uno demostrar que es inocente.

“La verdad que si no tengo nada que esconder no me importa que me paren” suelen decir algunos con una lamentable ligereza. Hay derechos que no pasan por la voluntad de uno, sino por conquistas que se convirtieron en garantía contra los abusos del estado.

En nombre “de la vida” realizan controles ruteros molestando por fin de semana a 4.000 conductores para sacar de circulación a 60 ebrios del volante. Mientras, ante sus narices otros cientos de borrachos irresponsables violan límites de velocidad, pasan semáforos en rojo, infringen abiertamente normas de tránsito y nadie los para porque no pasan por las barreras.

¿Notan el nivel de inutilidad que sostenemos cuando justificamos las barreras? Además, el discurso de cuidar la vida se desmorona cuando evidenciamos casos de agentes que negociaban una coima para obviar las pruebas de alcotest. ¡Dejen de mentir! Están lucrando y usan la defensa a la vida como pretexto.

Deberían salir a realizar patrullas, parar a infractores que exceden velocidad máxima, que manejan de manera temeraria, que no llevan chapa, que van en motos sin luz o sin casco. El último fin de semana 5 patrulleras de Senad con gran cantidad de agentes recorrieron toda la madrugada con armas largas asustando y violando normas procesales para requisas para incautar 6 gramos de marihuana, ¡sí 6 gramos!.

No podemos seguir admitiendo que nos sometan a un régimen que persigue a inocentes y que deja a los verdaderos infractores en la impunidad.