Mientras el Ministerio de Salud declara Alerta Epidemiológica en todo el país por los miles de casos confirmados de dengue, el sistema de salud se encuentra de vacaciones. Gran parte del personal de blanco hizo uso de su derecho adquirido de días vacacionales en este verano; sin embargo, el sistema no previó el colapso de los servicios.
En horas de la mañana y de la tarde, vemos la sobrecarga de pacientes en los centros asistenciales, sobre todo, luego de la aparición de numerosos casos febriles o casos sospechosos de dengue. Y por la noche, la cantidad de pacientes merma, pero los casos, que en su mayoría son urgentes, no pueden ser atendidos, pues los contratos de reemplazantes no cubren las necesidades de los miles de pacientes que acuden diariamente a los servicios.
El Ministerio de Salud solo suspendió las vacaciones de funcionarios involucrados en la lucha contra el dengue y otras enfermedades transmitidas por el mosquito aedes aegypi, o sea, a los que están afectados a las tareas de fumigación.
¿Y los médicos? El problema, a su vez, se agrava particularmente en el Instituto de Previsión Social, donde los asegurados deben sumar al monto que abonan mensualmente por el seguro social, el costo de los estudios laboratoriales y otros servicios que no son prestados, puesto que los funcionarios están de vacaciones. Esta es una opción, o morir en el intento.