16 abr. 2024

Rutas para los cuates no cuentan

¿Cómo podemos hablar de progreso si todavía los niños nacen en puestos de salud a oscuras? Las rutas para los amigos no cuentan.

El parto de una mujer bajo la luz de los celulares de los doctores, en una Unidad de Salud Familiar de Capitán Miranda, Itapúa, es la imagen nítida de la precariedad a la que nos someten en este país.

La energía eléctrica se había cortado durante una tormenta en la noche del viernes. Se supone que debía haber un generador, si el Estado realmente se preocupara de la salud de los habitantes, si no fuera solo una herramienta de los oligarcas y botín de narcopolíticos.

Gracias a Dios el bebé nació sano y no hubo ni una complicación para él ni para su mamá, porque en ese caso, ¿qué habría pasado?

Leí varios comentarios que normalizaban la situación y no lo podía creer. No viene al caso decir que antes las mujeres parían sin asistencia de profesionales. Esta señora no estaba en su casa, sino en un establecimiento de salud y era imperativo que este cuente con los servicios básicos.

Una vez más los trabajadores y trabajadoras de blanco tuvieron que vérselas para parchar el problema. Muchas veces lo público se sostiene tan solo gracias al talento humano, pero cuando faltan recursos y la tarea es compleja, ni eso compensa.

¿Cómo podemos hablar de progreso si todavía los niños nacen en puestos de salud a oscuras? Las rutas para los amigos no cuentan.