
Parece una joda total, pero no lo es, así los gobernantes manejan nuestro país. En el mismo momento en el cual el suboficial Edelio Morínigo, el ganadero Félix Urbieta, los colonos menonitas Abraham Fehr y Franz Wiebe permanecen en las manos del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) el presidente Horacio Cartes y toda su cúpula están enfocados en llegar a la anhelada reelección, que pisoteará la Constitución Nacional.
Así es, los gobernantes no tienen una pizca de vergüenza para priorizar sus intereses políticos y económicos, “olvidando” a cuatro compatriotas que se encuentran a merced de un grupo de criminales que gozan de una tremenda impunidad.
Cuando Cartes asumió la presidencia de la República señaló en su primera entrevista televisiva con la cadena internacional CNN que no estaba interesado en violar la Constitución perpetuándose en la silla de Mburuvicha Róga. Ese discurso cambió y el Presidente ya ha coqueteado camufladamente con el rekutú.
El oficialismo, por la famosa enmienda constitucional para permitir la reelección; pero no se percatan, claro, intencionalmente, que el Presidente tiene materias pendientes tan importantes como la seguridad, que tiene como consecuencia a los cuatros citados ciudadanos sufriendo penurias en el poder del grupo criminal que domina el norte del país.
Claro, la mayor responsabilidad en estos casos es del Gobierno, pero también cierta culpa de este flagelo la tiene la misma ciudadanía, que calla, olvida y no exige.
Aunque parezca una fantasía bordeando la utopía, Horacio Cartes, si en verdad tenés un poquito de cariño por este país y sus ciudadanos, priorizá la liberación de los compatriotas con verdaderos operativos de búsqueda con personas preparadas para ello y luego preocupate por tu rekutú.
Hacelo por las cuatro familias que, en algunos casos, hace años lloran por los suyos. Presidente, ténes una oportunidad de redimirte de alguna forma, todavía queda un poco de tiempo.