
Es muy común seguir escuchando de boca de mucha gente aquello de “cuartel lo que le falta a este” cuando se trata de disciplinar a alguien. Cualquiera pensaría que ese pensamiento corresponde a otros tiempos, pero sin importar la edad, jóvenes, adultos y hasta adolescentes siguen defendiendo la idea de educar en los cuarteles.
En este país lleno de prejuicios, ideas, mitos y leyendas y tan poco apegado a las estadísticas, en verdad es imposible decir que quienes fueron al cuartel son más educados, responsables o disciplinados que aquellos que no.
Siempre hay que ser cuidadoso al analizar estas cosas porque el concepto de disciplina puede variar notablemente de acuerdo a la formación de cada persona, de acuerdo a su forma de ver la vida, incluso.
¿Despertarse temprano? ¿Aprender a respetar jerarquías? ¿Recibir órdenes o instrucciones? puede que muchos lo interpreten por ahí. Vengo de una familia de militares y, de hecho, soy el único que no siguió la carrera militar. El despertar a tal o cual hora me resulta absolutamente indiferente.
Tuve épocas en las que me despertaba a las 12 del mediodía porque trabajaba hasta las 4 o 5 de la mañana. Hoy me despierto a las 4 am porque trabajo desde las 5 am y sigo pensando que el horario no es determinante. Más que respetar las jerarquías, considero que hay que respetar a todos los que merecen ser respetados y cumplir órdenes, definitivamente, no es lo mío.
Legisladores paraguayos analizan la posibilidad de reactivar el Servicio Militar Obligatorio porque consideran que los jóvenes delinquen porque no van al cuartel.
Esa lógica primitiva no hace otra cosa que ignorar que la falta de oportunidades, de acceso a educación de calidad, a formación profesional y a servicios básicos y elementales es lo que lleva a la gente a la delincuencia.
¿O acaso quienes confían en la militarización como salida olvidan que muchos que pasaron por las FF.AA terminaron operando en grandes bandas de delincuentes? Respeto profundamente la formación militar, pero llevar a todos al cuartel para educar a mejores ciudadanos es una gran mentira.