06 sept. 2025

¿Por qué paridad?

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En concordancia con el Día Internacional de la Mujer, el Senado aprobó el proyecto de Ley de Paridad, que establece un cupo obligatorio de 50% para mujeres en las listas para cargos electivos. Un reclamo que las mujeres paraguayas iniciaron hace tres décadas.

He leído en las redes sociales, una desacertada opinión que señalaba: “La igualdad no puede imponerse mediante leyes, eso es una dictadura”. Inmediatamente me pregunté ¿en qué mundo imaginario vive este joven?

La discriminación ha sido el mal que ha generado las mayores desgracias en nuestra historia: la esclavitud, la trata de personas, la explotación laboral y toda clase de abusos. Estos fueron combatiéndose con leyes, los derechos que hoy tenemos y nos parece normales, anteriormente no existían. Las luchas en las calles hicieron posible que llegaran al Congreso.

La política en nuestro país siempre estuvo liderada por hombres. En 1919, se presentó por primera vez un proyecto que permitiera el voto de las mujeres. En cambio, por hombres que pensaban igual que ese joven del Twitter, la ley no se consiguió hasta 42 años después, en 1962.

Pero, la pelea de las mujeres no terminó ahí. Notaron que no bastaba con votar para tener participación en la política, porque el machismo en los partidos no les permitía ser candidatas. Es así que se les ocurrió otra “locura”, exigir que el TSJE legislara a favor de una inclusión femenina. En 1996, recién fue aprobada la ley electoral, donde exige a los partidos la participación mínima del 20% de mujeres en sus listas.

Las paraguayas, líderes de los principales partidos políticos, luchan hoy por el 50% para hacer frente a ese machismo, que nos relega a cargos menores y nunca a aquellos unipersonales.

La democracia no existirá hasta que las mujeres no consigamos igualdad con los hombres. Y no me refiero a una mera representación numérica en los espacios de toma de decisiones. La paridad es necesaria para generar líderes femeninas, que propongan soluciones sociales a un problema de género que nos deja en desventaja en derechos.