04 mar. 2025

Oportunismo miserable

@pablonoearaujo @pablonoearaujo

Una de las acciones más apetecible para los políticos de todos los colores que están en campaña es la posibilidad de cumplir los deseos de un pobre frente a los medios de comunicación. Es la situación que se le planteó al presidente Horacio Cartes, cuando Ivancito, su lustrabotas, tuvo la posibilidad de realizarle un pedido: que le arregle la precaria casa que tiene en la Chacarita, ahora bajo las aguas del río Paraguay.

La propuesta oficial fue contundente, le regalarían (con plata de todos) una casa en Itauguá. Sin embargo, la madre del niño se excusó de aceptar la vivienda, a pesar de lo atractivo del ofrecimiento, porque implicaba una movilización importante: más de 50 km con hijos que deben ir al médico y a la escuela en su barrio actual. La mujer explicó que era imposible sustentar su vida ya que sus ingresos no bastaban para soportar los costos que acarrearía este traslado.

La respuesta de la madre está cargada de honestidad brutal y lejos de ser el centro de análisis, es una prueba fehaciente que nos obliga hacia un esfuerzo colectivo que derive en la transformación del país. Un proceso profundo para mejorar integralmente la calidad de vida de todos los compatriotas.

En Paraguay las cifras oficiales son contundentes, 1.530.000 son pobres, de esos, la mitad pobres extremos. Existen unos 710.000 desnutridos. El déficit habitacional ronda el millón de casas. Las viviendas que necesitan se reconstruidas de cero son 1.200.000. El 75% de los paraguayos no cuenta con ningún seguro médico.

Para solucionar estos graves problemas estructurales se necesitan políticas públicas que apunten a educación, acceso gratuito a la salud y generación de empleo. Estrategias previsibles, sustentables y pensadas con las personas, eliminando el azar, dejando de lado definitivamente el prebendarismo.

Todo intento diferente es oportunismo miserable, del que debemos desprendernos si tenemos la real intención de construir un nuevo rumbo.