05 mar. 2025

Nos están ganando por goleada

@gabi_zbaez @gabi_zbaez

El día en que lo perdí, desperté con él, como todos los días. Tocaba esas melodías que hacen sonreír por la mañana. Parecía un día como cualquier otro, jamás imaginé que ya no lo volvería a ver. Ya conocía todas sus mañas, sus secretos. Había días en que no lo soportaba, por su lentitud, pero en muchas ocasiones me sacó de apuros y, sin darme cuenta, pasé a depender de él.

Ese día trabajamos toda la tarde, hasta que se hizo de noche y cayó una torrencial lluvia. Debíamos volver a casa, llamé a un taxi pero no hubo respuesta. Entonces, tomé la equivocada decisión de salir a la calle, escondiéndome en el oscuro manto de la noche, rumbo a una parada. Y pasó lo que temía; cuatro muchachos, dos de ellos con cuchillo, se acercaron a mí y en medio de amenazas me lo arrebataron. Así fue como lo perdí, perdí mi celular. Y no solo eso, sino también, el resto de mis cosas.

Yo salí ilesa, que siempre dicen es lo que más importa, pero se llevaron todo lo que me costó trabajo y sudor conseguir. Simples objetos, pero por los que incluso aún sigo pagando, con mi sacrificio. Todo se fue en un segundo. La impotencia que se siente es enorme y el temor de que vuelva a suceder lo mismo permanece por varios días. Uno se vuelve desconfiado y le cuesta andar tranquilo por la calle.

Este no es el país que nos merecemos. Los que cumplimos nuestro rol de ciudadano, trabajando duro y aportando desde donde estamos, deberíamos ser retribuidos con seguridad, que actualmente casi no existe.

Hoy ya no perdemos solo un celular, hay quienes incluso perdieron la vida en estos asaltos. Nadie merece morir por un teléfono, tampoco se debería matar para conseguirlo. Lastimosamente, los robos callejeros se vuelven cosa cotidiana y, si nosotros nos acostumbramos sin siquiera reclamar, la inseguridad gana por goleada. El partido todavía no terminó, pero tenemos que empezar a remontar el marcador.