05 mar. 2025

No nos callan ni a balazos

@feryirobles @feryirobles

Tal como decía Gabriel García Márquez, “El periodismo es una pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida”.

Hoy, las imprevisiones que vivimos se vieron envueltas en ataques de mafiosos que creen poder dominar nuestra agenda. En un mismo día, fuimos testigos de dos ataques contra medios de comunicación.

Más allá de que el blanco no haya sido precisamente los trabajadores de la prensa, fueron los únicos afectados. Con bombas, y a balazos, intentaron cerrar bocas, como una especie de muestra del poder que tienen. Nos queda claro que están muy bien muñidos, y muy bien protegidos.

En Pedro Juan Caballero, donde la Radio Amambay sufrió su tercer atentado, la zona entera está prácticamente sitiada por miembros de grandes grupos mafiosos, y narcotraficantes. Ya es bien sabido que en ese lugar el único código es la muerte, donde prohíben hasta respirar sin que ellos estuvieran de acuerdo.

El año pasado murieron 66 reporteros en todo el mundo mientras trabajaban informando. Según la organización Reporteros sin Fronteras, en total, 720 periodistas han perdido la vida ejerciendo su labor desde el 2005.

La violencia contra la libertad de expresión continúa y se transforma con el objetivo de impedir que exista una información independiente y de disuadir las miradas. No pasa un día sin que manejen el sistema a su manera, a sangre fría, sin que nadie haga algo para luchar contra ellos.

Estamos cansados de ser parte del ajuste de cuenta de sus negocios; pero estamos orgullosos de ser los únicos en animarnos a luchar contra ustedes. Van ganando la guerra, contra la seguridad, contra la tranquilidad, y entre ellos mismos, pero jamás contra las libertades.

Nos queda dejarles en claro que estos ataques lo tomamos muy personalmente, pero lejos de callarnos, alzaremos más nuestras voces, hasta que caigan todos.