03 mar. 2025

¡Ni una más!

@gabi_zbaez @gabi_zbaez

Lola llegó al trabajo con moretones en la cara. Intentó cubrirlos con maquillaje, pero todos notamos que la habían golpeado. Nadie se atrevió a preguntar, para no exponerla a una incómoda situación. Pero yo me acerqué a ella y me contó lo que ya era obvio: su marido la había agredido.

Pese a la insistencia, ella no quiso denunciarlo. Dijo que no lo hacía, porque pensaba en su hija de 5 años, en el amor que sentía por su esposo. Pero se le olvidó cuidar algo importante: a ella misma. Nunca pudo desligarse de él, le impedía accionar la enorme cadena psicológica que la ataba de pies y manos. Pasaron los años y ya no supe si la pareja pudo superar el problema o si terminaron separándose.

La agresión hacia la mujer aumenta con el paso del tiempo y a veces termina en casos fatales. El feminicidio se ha apoderado de mentes machistas que lo encuentran como un “castigo” normal. El Ministerio de la Mujer informó en el 2015 que cada 13 días muere una mujer en manos de su pareja.

Solo esta semana, tres casos de violencia acapararon la atención. El cuerpo totalmente desmembrado de una joven fue encontrado en Villa Hayes. El principal sospechoso es su esposo. Otro caso fue el de la paraguaya que, en busca de trabajo, viajó a Argentina, donde un hombre la golpeó hasta casi matarla. En Vaquería, una menor de 14 años, en situación de criadazgo, murió a raíz de las brutales golpizas de su tutor.

Los datos son alarmantes. Esto nos hace preguntar hacia dónde avanzamos como sociedad. Todos somos cómplices cuando una mujer es maltratada, al no denunciar, al pasar de largo la página en el diario, al ser indiferentes. Pensemos que el día de mañana puede ser víctima gente que queremos. No dejemos que gane la idea de que “ella se lo buscó” o que “hay que corregirle cuando se equivoca”.

También es importante la legislación. Hasta la fecha, no hay una ley que endurezca las sanciones a los agresores. Y aquí es necesario hacer una presión ciudadana. Recordemos todo lo que logramos cuando nos manifestamos frente al Congreso, ¿por qué no hacerlo por las mujeres? Es hora de gritar, es hora de liberarnos de las cadenas culturales, es hora de decir ¡Ni una más!