05 mar. 2025

Mejores nombramientos

@diegomarini @diegomarini

“Me estoy poniendo la camiseta de la selección” decía a radio Cardinal el 17 de diciembre del 2010 el hasta ahora contralor Óscar Rubén Velázquez Gadea. Había sido nombrado recientemente y en las entrevistas que concedía a distintos medios, repetía frases como “velar por la cosa pública” o “ya no van a haber los criterios de la persona, sino los controles estándares” sin ningún tipo de vergüenza.

Mintió, no sabemos si realmente tenía la intención de comportarse de esa manera, pero no lo hizo, no fue fiel a su cargo. Como él, tantos otros han llegado con un discurso puro, patriótico y comprometido, muchos fallaron. Del mismo modo, al igual que él, otros llegaron como fruto de componendas circunstanciales y terminaron desilusionando a la ciudadanía. Por supuesto que en un sistema político, donde los partidos son protagonistas los nombramientos deben llegar en base a diálogos y negociaciones, varias de estas transacciones incluso tienen rango constitucional.

Pero lo que no es posible es que solamente tengamos presente la parte del “dame que te doy” sin observar los principios, que se deben tener en cuenta para nombrar a una persona. Velázquez Gadea es fruto de un acuerdo lugista, oviedista y liberal, por el cual se llenaron además cargos ni más ni menos que en la Corte Suprema de Justicia y en el Tribunal Superior de Justicia Electoral, también la hoy enjuiciada Nancy Torreblanca ha sido hija de estas cópulas políticas que nos vemos los ciudadanos obligados a aceptar por haber sido forzadas al sistema legal, pero que no responden al criterio del leal administrador de la cosa pública que intenta siempre elegir a los mejores y no a quienes convenga o se imponga.

El contralor como la subcontralora no van durar ya demasiado, y ya han aparecido las convocatorias para los futuros funcionarios. Esperemos que los legisladores no vuelvan a aplicar los mismos criterios y designen a personas en base a la capacidad y a la trayectoria.