Sabido es que en épocas electorales todo está permitido: abrazarse con el que ayer era la peor escoria del mundo, besar niños con mocos, bailar con viejas feas, levantar pesas, ponerse saco y corbata, prometer, prometer y prometer. Pero creo que esta campaña municipal marcó tres cosas diferentes: la casi muerte de los pasacalles (¿de qué vivirán los serigrafistas ahora?), el corrimiento de las campañas hacia las redes sociales y la mezcla definitiva de la jauría del espectáculo con la política y, llegando en el último momento, de la (s) religión (es) a la campaña.
Si querés saber más chismes, seguinos en nuestro canal de WhatsAppLo de los pasacalles se veía venir y la polución visual “real” que causaban ahora se trasladó a nuestros smartphones, que nos mostraban las estrategias insólitas de los candidatos para atraer la atención. Al final de la campaña apareció el elemento religioso, apelando al apoyo de ciertos candidatos al matrimonio gay y temas conexos.
Curioso, porque la campaña es municipal y poco podrán hacer los que resulten electos para hacer cambios de fondo en las leyes nacionales salvo, hacer regulaciones más o menos incluyentes en sus respectivos municipios.
Como nada es casual, podemos pensar que esto por un lado, apunta a inscribir estas municipales en una especie de plebiscito del gobierno de HC. De hecho, el presidente se involucró directamente en las municipales y el “todos somos uno” apareció con fuerza en los últimos días (los opositores dicen que por los malos números de los sondeos).
Por otro lado, podemos imaginar que el agitar ciertos fantasmas y tabúes aquietarían las ganas de cambio en algunos sectores (“más vale malo conocido que bueno por conocer”). Y como no falta algún mal pensado, se dice que el llamado de católicos a no votar por Ferreiro y Meyer se origina en un apoyo económico del gobierno a ciertos proyectos.
De todas maneras quedará para un análisis posterior si esto es correcto o no y si el llamado de pastores, católicos o evangélicos, puede inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Porque de ser así el batido quedará muy espeso... y pesado.