Cuando me tocó entrevistar a los voceros del Gobierno por el caso del mega lavado de 1.200 millones de dólares, me sorprendió algo que casi nunca se da, sobre todo desde que asumió Cartes… el discurso unificado de quienes eran consultados repitiendo sin dudar que el sistema de “prevención” ¡funcionó a la perfección! Lo dijo el ministro de Hacienda, el presidente del Banco Central, el ministro de la Seprelad y hasta el fiscal general del Estado.
La duda me invadió entonces. ¿Cómo es que lavaron 1.200 millones de dólares y dicen que el sistema funcionó a la perfección? ¿Cuántos miles de millones o trillones más hubieran lavado entonces si el sistema fallaba?
De acuerdo a la investigación, el dinero se transfirió durante CINCO AÑOS a través de cuatro bancos y una casa de cambios que, “cumplieron perfectamente la ley” al poner dos palabras en el formulario anti lavado: OPERACIÓN SOSPECHOSA.
Desde los Estados Unidos, una fundación que investiga el financiamiento al terrorismo, lanzó una pista: las operaciones de tráfico ilegal y lavado de dinero se realizan casi siempre con protección de autoridades locales.
No sabemos aún quienes son las autoridades locales que podrían haber protegido a los sospechosos pero lo que sí sabemos es que el supuesto cerebro de la operación, un empresario de la Triple Frontera de nombre Walid Amine Sweid, compartió un yate y varias reuniones con el presidente de la Cámara de Diputados, Hugo Velázquez, en un viaje oficial al Líbano.
También sabemos que el apoderado general de la ANR, Wildo Almirón, ocupó el cargo de síndico de la empresa de Walid Amine Sweid hasta el 2012, aunque según Almirón, ya no tiene ningún tipo de contacto con el empresario investigado.
El otro dato, casi intrascendente, es que una parte de los 1.200 millones de dólares fue transferida al exterior a través del Banco Amambay de propiedad del presidente de la república, don Horacio Cartes Jara. Por ahora lo único que me queda claro sobre el tema de lavado de dinero es que el sistema funciona a la perfección… En Paraguay no solo hay lavado, también hay ¡enjuague!