
Una vez más la iglesia católica ha demostrado que está dirigida por cavernícolas con sotana como el monseñor Claudio Giménez, quien se atrevió a declarar que las personas con tatuaje tienen el “alma vacía”.
Irónico ¿no? Este supuesto representante directo de Dios tiene el descaro de apuntar con el dedo a las personas que llevan arte en la piel, pero se hace de la vista gorda ante los casos de abusos sexuales contra niños, perpetrados por sus sacerdotes.
Sí señores, este monseñor es cómplice de los terribles abusos porque se queda con la boca callada. Esto es indignante, tomó por estúpidos a todos los feligreses que fueron a escuchar su homilía y también a todas las personas que nos enteramos de esta barrabasada.
Apartando un poco los abusos que cometieron estos sucios sacerdotes y el silencio de la iglesia al respecto, tenemos que analizar más detenidamente y preguntarnos ¿por qué importa tanto lo que dice este monseñor? Sencillo, los católicos son mayoría en el Paraguay y quiérase o no tienen muy en cuenta lo que dictan Giménez y su patota, quienes manipulan a las masas con sus estratégicas patrañas.
Otra pregunta que genera es ¿por qué los católicos se dejan influenciar por estos tipos que denuncian tonterías y callan crímenes? La respuesta también es sencilla, es lamentable, pero es cierto, todavía estamos sumidos en una profunda ignorancia que empuja a las masas a centrar sus esperanzas en los supuestos representantes de Dios.
El pueblo todavía cree en que los sacerdotes les dirán la verdad, pero estos egoístas y mezquinos solo se mueven por sus propios intereses. Las declaraciones del obispo de Caacupé han generado una gran polémica y ojalá sirva para que los católicos al fin abran los ojos y se den cuenta que sus obispos son tan mentirosos como los políticos.
Amigos católicos, es momento de dejar de lado las viejas creencias, el “pa´ima he´i” debe quedar en el pasado. Despierten, ya no sean ovejas, porque a quien consideran pastor está protegiendo a sus colegas abusadores satanizando a las personas con tatuajes.