La ilusión de sus caras cuando escribían las cartas a los Reyes Magos o cuando abrían sus regalos se quedaron grabados en la memoria de tíos y padres.
Los más afortunados recibieron regalos en sus propios pesebres y otros tuvieron la suerte de que existieran ayudantes de los Reyes Magos de buen corazón que llegaron sobre caballo o en motos de los Linces.
Pero con el ingreso de la variante Ómicron es otro el verdadero regalo que tenemos que darles a nuestros niños.
Y son las vacunas, comenzando por los padres mismos para protegerlos hasta que lleguen las vacunas para niños.
“Es lamentable ver niños en terapia intensiva por padres que no están vacunados”, criticó ayer el director del PAI, Héctor Castro.
Los padres ya tienen que estar registrando a sus hijos de 5 años en adelante para que reciban las dosis.
Conozco casas donde existe la libertad de hablar mal de la vacuna y eso hace que la criatura termine rechazándola por completo.
“No vacunar a un niño es atentar contra su vida”, dijo Ana Campuzano, de la Sociedad Paraguaya de Pediatría. Afirmó que lo mejor será que los niños que no se vacunan no vuelvan a clases. Será mejor acostumbrarnos al modo COVID que también es invisible y en el que también hay que creer.