25 abr. 2024

La otra pandemia silenciosa

Con un saltito ya está sobre el capó del auto con el limpiaparabrisas en la mano. Tiene la carita sucia y una sonrisa inocente que, la mayoría de las veces, hace cambiar de opinión a cualquier conductor que no quiera colaborar con la explotación laboral infantil.

Lo hacen como un juego. El hermanito tira el agua cargada en una botellita y ambos terminan empapados. Se divierten en medio de la tragedia. Se esfuerzan para que todo quede impecable y así recibir más de una moneda.

Los chicos están en cada esquina. En la puerta de todos los supermercados, siempre estirando el brazo y con la palma de la mano para arriba. También andan en manada por el mercado. Vendiendo ajo, ofreciéndose para cargar tus bolsas hasta la parada de colectivo o hasta el auto.

La otra pandemia es que ninguna autoridad se preocupa en erradicar: el trabajo infantil, la pobreza extrema. Muchos niños pobres que anteriormente iban a la escuela con dificultad, con las clases virtuales abandonaron su poca oportunidad para educarse. No están en las aulas, no están jugando en un parque, están enfrentándose a la vida para poder comer. Duele demasiado.

Las autoridades no pueden simplemente hacer la vista gorda. Urge abandonar el discurso y ponerlos como prioridad. Mañana puede ser tarde.