23 abr. 2024

La “ironía” de la Justicia

La casa de Edgar Martínez fue allanada en julio de 2016. Allí encontraron unos 20 ml de aceite de cannabis para uso medicinal y 100 gramos de la hierba sumergidos en agua. Elaboraba el antídoto para las personas que necesitaban, porque años atrás había perdido a su madre por un cáncer terminal, que la ayudaba a sobrellevar el tratamiento.

El fiscal Elvio Aguilera lo presentó como un narcotraficante. Luego de permanecer más de un año preso, el 29 de diciembre de 2017 le otorgaron la medida de prisión domiciliaria, coincidentemente, días antes, el presidente de entonces promulgó la ley 6007, del cannabis medicinal en Paraguay. Desde entonces, una empresa farmacéutica hace lo mismo que Martínez, pero en mayor volumen, y cobrando un dineral. Ayer, Edgar fue condenado a cinco años de cárcel.

El mismo fiscal fue denunciado por el Colegio de Abogados por liberar a un concejal en cuya propiedad encontraron 136 kilos de marihuana. ¿Irónico? No, para nada. El país es del más mbarete y de los amigos.