12 dic. 2024

La dictadura de las imágenes

@pablonoearaujo @pablonoearaujo

Vivimos en el mundo de las imágenes, que como se dijo con extrema certeza, cada una vale más que mil palabras. Las imágenes ejercen un rol tan sólido que empujan al ciudadano al dictatorial ejercicio de ver para comenzar a creer. En contraposición, la apreciación de la palabra cayó al piso y su valor, en todas sus acepciones, dejó de tener preponderancia.

Al perder preponderancia la palabra, se debilitó el mundo de las ideas, dando paso al irracional escenario en donde lo que importa es lo que se ve, en lugar del ser. Para influenciar, ya no importa el contenido, sino la pose. Si la imagen es apetecible para el público, basta para satisfacer sus demandas, aunque nada se encuentre detrás de las mismas.

Es lo que se percibe con fuerza en la campaña electoral para las municipales de noviembre próximo. Ante ausencia de propuestas, y sin un electorado que interpele a los candidatos, los mismos elaboran un mensaje en donde se le da mayor preponderancia a la imagen.

Por eso no extraña para nada ver a Arnaldo Samaniego, candidato colorado de Asunción, como DJ en una fiesta, bailando zumba en la Costanera, o hablando con sus pajaritos. Casi no existen espacios en los medios en donde se discutan a fondo las propuestas y formas reales de solución. El mejor ejemplo es el propio exintendente que durante su gestión casi no brindó declaraciones a los medios, y que sigue huyendo del compromiso de ser entrevistado por periodistas que no son de su confianza.

En parte es responsabilidad de los ciudadanos, que nos prestamos al juego mediático sin exigir a los postulantes. Otra tajada es de los medios que siguen mirando planillas de rating, que dan imagen y no necesariamente contenido, apelando al show como esencia de sus espacios.

El compromiso de una postura crítica debiera partir de la gente. Esto no variará mientras sigamos obnubilados por la magnificencia y simplicidad de las imágenes. Revitalizar las ideas, ese es el camino.