15 dic. 2024

La culpa la tiene marketing

@santula @santula

Entra 6, sale 1 fue la sencilla, pero creativa campaña que simbolizaba el cambio prometido por la concertación que llevó en el 2008 a Fernando Lugo al poder en una histórica, pero merecida caída de la ANR. El cambio prometido pasaba por erradicar la corrupción, reducir el porcentaje de dinero público destinado a pago de operadores, dejar las prebendas y una serie de prácticas muy propias del coloradismo, quienes a fuerza de años saquearon al país por demasiado tiempo.

El primer año, generalmente, es de acomodo, el segundo de gestión y el tercer año sin duda es momento de empezar a mostrar cuan diferente es uno respecto a los demás. Cuando todos empezamos a reclamar los hechos de corrupción que salpicaban al gobierno de Lugo, cuando el hartazgo desbarató la paciencia es que aparecieron las excusas: “es muy poco tiempo, en tres años no se puede hacer nada, es un desastre como los colorados dejaron el país, se llevaron todo, cómo pretender que cambiemos algo en apenas 3 años”.

Aquella promesa de cambio terminó reducida a excusas que por lo general llevaban a culpar a los gobiernos anteriores. Después llegó un liberal al que de golpe le tocó manejar el país y el escaso tiempo no pudo ser más que un parche más beneficioso para él y su entorno que para la ciudadanía.

Del obispo al político y de este a un empresario para algunos y narco para otros. Tomó el poder prometiendo gestión, endeudó al país, se rodeó de técnicos y de políticos con nefastos antecedentes como asesores políticos y cuando todos esperábamos que nos cuente lo que había hecho por el país al menos en los papeles, ya que todos sentimos la economía frenada, hospitales sin remedios y la educación que cae a pedazos, hizo lo mismo que Lugo. Se vistió de clínico y empezó a enumerar los males del país responsabilizando a las anteriores administraciones.

Ya sabemos que se robaron todo, ¿acaso no lo sabían al pelear por el poder? Liberales, colorados y zurdos demostraron hasta ahora ser más de lo mismo. Mucho marketing, mucha promesa y ya en el poder... puro cuento.