Como joven, sé que formo parte del futuro del país y de que de mi generación dependerá mucho. Por eso mismo, he procurado formar parte de los mejores y haré lo posible en seguir en ese camino.
Provengo de una familia humilde y, a pesar de ello, no fue imposible para mí lograr alcanzar mis sueños. Aunque mis seres queridos siempre me apoyaron en todas las situaciones.
Por esa razón, insto a todos los jóvenes de nuestro país a seguir luchando por sus sueños. Hay que seguir adelante, a pesar de los inconvenientes que se nos puedan presentar en el día a día. Nada es imposible, más aún cuando uno se propone algo y decide afrontarlo, con el apoyo de su familia.
Dedicación, esfuerzo, fe en Dios y humildad. Esa es la clave para el éxito. El desarrollo y el futuro del país estarán en buenas manos si es que nosotros, los jóvenes, nos preparamos desde el presente, que es ¡ya!.