12 dic. 2024

Fútbol, esa enferma y bendita pasión

Por Hugo Barrios @Huguelli Por Hugo Barrios @Huguelli

El fútbol desata sentimientos indescifrables. Así como enamora, así te puede dar el golpe más doloroso si tu equipo sufre una derrota en el último minuto. Te puede alegrar el día, la semana, el mes y hasta el año, así como puede ser motivo de tus lágrimas si pierde la final de la Libertadores por un resbalón, por ejemplo.

El fútbol, para mí, no es un simple juego. Traspasa todas las fronteras. Va más allá de un simple encuentro entre jugadores que persiguen una pelota durante 90 minutos, más el descuento. “El fútbol es la única religión que no tiene ateos”, decía el genial escritor uruguayo Eduardo Galeano. ¿Cómo se explica tanta devoción por un equipo?, ¿Por qué uno ama tanto los colores de un club?, ¿Cómo podría describirse la sensación del gol de tu equipo, de tu selección? Preguntas difíciles de contestar.

Muchos “babeamos” al repasar los videos de monstruos como Pelé, Rivaldo, Ronaldinho, Zidane y Maradona. El otro día volví a ver el gol que Diego le hizo a los ingleses en México 86. El relato de Víctor Hugo Morales por poco y me hace derramar algunas lágrimas: “Barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?”, preguntaba el periodista al portador de la número 10 de la selección argentina, al consumarse la obra maestra maradoniana. Toda esa pasión es difícil de explicar. ¿Por qué el fútbol es tan hermoso?

Juan José Zapag visitó el lunes por la noche a Carlitos, un hincha fanático del Ciclón. El simpatizante tenía un sueño y no era ver en persona a Fabbro precisamente. No, él soñaba con conocer al presidente del club de sus amores. Con un sencillo gesto, el titular de la entidad de Barrio Obrero hizo feliz a alguien que ni siquiera conocía, hasta entonces.

Los familiares de Carlitos se emocionaron... todo gracias al fútbol. Claro, este deporte también tiene su lado oscuro, su rostro vergonzoso, pero la pelota nunca se mancha. La “caprichosa” siempre será la doncella que une a todos en un partido “barrio contra barrio” o la que desata la locura en las gradas de un Defensores del Chaco.

Gracias, fútbol. Ya tú sabes.