Hay dos maneras seguras de perder un amigo: una es prestarle plata y la otra, nombrarle tu vicepresidente.
Curioso destino el de estos funcionarios: es casi su destino pasar de ser el aliado más fiel del mandatario máximo a, en casos extremos, ser su verdugo y reemplazante.
Todos, todos terminan peleados, desde el distanciamiento casi elegante de Wasmosy y Seifart, hasta la inocultable “serruchada” de Franco a Lugo (derivada, en parte, de la olímpica ignorancia y el nulo trabajo de equipo que el exobispo y presidente ha sabido demostrar).
Mención especial merece la dupla Cubas- Argaña, una unión hecha con plasticola entre enemigos declarados y que terminó, como ya todos sabemos, de una trágica manera.
El de vicepresidente ha demostrado ser un cargo casi decorativo”
En todos estos años, el de vicepresidente ha demostrado ser un cargo casi decorativo, porque ninguno de los que ha estado allí ha cumplido fielmente la función que debería: solo ha servido para generar enormes gastos y ser una apetitosa fuente de gastos reservados y de movimientos sin mayor trascendencia, además de ocupar el sillón en algún eventual viaje del mandatario.
Lo de Afara es también muy simpático: cuando el presi no estaría a demasiados kilómetros de Asunción, le dio una visita a Nicanor (hubiera esperado al otro día don Juan, hubiera sido un poco más elegante... aunque capaz que le quedaba de paso del aeropuerto, vaya uno a saber). Ahora nos quedan por delante esos meses preelectorales, pródigos en promesas y en arrebatados discursos, prometiendo nuevamente lo ya prometido, criticando al que ayer era tu socio y apoyando al que ayer era la peor lacra del universo entero.
Y los candidatos, más allá de los arreglos, de los falsos abrazos, de las reuniones interminables y de los programas de gobierno que normalmente son una larga colección de vagos enunciados, tendrán una difícil misión: elegir, dentro de sus posibilidades, a su vice. Misión difícil y casi única en la historia de la Humanidad: muy pocos hombres se dan el lujo de elegir a quien les clavará el cuchillo por la espalda.