Semanas atrás, Sampedrana debió disputar en calidad de visitante su partido ante Tacuatí por el interregional del Campeonato Nacional Interligas. No lo hizo porque sus jugadores prefirieron mil veces perder los tres puntos en juego y abonar una multa de G. 1.500.000 antes que adentrarse al asentamiento 6 de Enero de esta localidad. Los directivos sampedranos creen que se trata de una comunidad que está bajo dominio del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
El grupo armado instaló el terror en esta región del país a base de secuestros, matanzas y atentados. El ganadero Luis Lindstron, agentes de policía y peones aparecen entre las víctimas fatales desde el 2013. En Tacuatí ya no hay seguridad, pese a la presencia de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), por eso el plantel sampedrano prefirió quedarse en casa y perder por W.O. Al asumir como Presidente, un inflado Horacio Cartes advertía que el EPP no le iba a marcar la agenda. Horas después dos agentes policiales fueron acribillados a manos de la agrupación. HC, un entendido en materia futbolera, está 6-0 abajo ante los “guerrilleros” del monte.
El Gobierno actual invierte más de 100 millones de guaraníes por día (sí, por día) en los despliegues que la FTC realiza en los ñanandy, en busca de la gavilla. Desde que HC asumió como Presidente, 29 vidas humanas fueron cegadas en crímenes atribuidos al EPP.
Eso incluye a 8 policías y 5 militares. Los paramilitares siguen paseándose panchamente por las junglas. Una vez, el propio Francisco De Vargas dijo que una de sus fortalezas es que se trata de un grupo reducido.
Ahora no solo matan a personas, sino que también al fútbol. Y el “profe” no los manda a la banca de suplentes (la cárcel). Mucho menos exige una tarjeta roja. El fútbol ya no sonríe en Tacuatí, se desangra. Y todo por culpa de la maldita violencia. Y todo por culpa de la inoperancia de las autoridades. El EPP sigue gambeteándole al Gobierno que, en el combate a la inseguridad que impera en esa castigada zona, se ganó la banca de suplentes de por vida por pysatronco. Ya tú sabes.