13 dic. 2024

El palito y su relación con el inconsciente

@uruser @uruser

Según dicen, un poquito antes del 1900, el encargado de una oficina de registro de patentes en EE.UU. solicitó a sus jefes el cierre de la institución, ya que todo lo que podía inventarse estaba inventado. (Hay quienes dicen que la anécdota es un mito y bien podría serlo, es raro que un funcionario pida el cierre de su oficina, a no ser que le aseguren seguir cobrando sin trabajar. En todo caso, googleen ustedes, yo estoy en un cyber y me cobran por minuto).

Pero, volviendo al tema principal, indudablemente el buen hombre estaba equivocado y hasta podríamos decir que lo mejor aún estaba por venir. O no. Porque convengamos que algunos inventos son... digamos... prescindibles, pero así y todo son un éxito y pasan a ser parte de la vida diaria.

La lista es muy larga, pero me detendré en uno, el dichoso palito para selfie. Hoy, para salir a cualquier lado, nos ponemos la ropa y el celular, no necesariamente en ese orden, y el palito. El dichoso adminículo encajó a la perfección en esta manía de registrar y difundir todo lo que hacemos, desde lo que comemos hasta las archifamosas fotos en el baño.

Si no lo público, no lo viví parece ser la consigna o, selfi y comparto, luego existo. El palito pasa a ser el mejor aliado de nuestro vapuleado yo y el mejor soporte terapéutico para nuestra (a veces) alicaída autoestima.

No sabemos dónde terminará esto. Yo creo que, finalmente, la gente terminará insertándose el chip del Smartphone en la cabeza y usando un dron para autorretratarse. Pero de lo que estoy seguro es que, si el fin del mundo es demasiado pronto (y hacemos muchos méritos para eso), el último de los humanos se pondrá frente a la tempestad, al tsunami, al volcán o al meteorito que ponga fin a todo y con su palito en mano, tomará el último selfie de la humanidad (que no será visto por nadie... como muchas veces pasa ahora).