04 mar. 2025

El fútbol y su memoria selectiva

@santula @santula

Me tiene bastante podrido la incoherencia de la fanaticada y el oportunismo para opinar dependiendo del color del afectado o el favorecido. La naturaleza humana da la sensación de que todo limita a quién es el corrupto o el ladrón o quién es el que saca ventaja o termina perjudicado con una decisión, para poder indignarse.

El último juego entre Capiata y Olimpia es un ejemplo; los mismos que festejaron el gol con la mano de Gauchinho contra Guarani en el 99, que parecía más de vóley que de fútbol y lo gritaron con el alma son los que se escandalizan por el descarado robo en un penal para Olimpia que no fue.

Los mismos que hoy festejan ese error por haber ganado son los que hasta hace unas semanas cuando los resultados no acompañaban y su presidente decía que todos los árbitros estaban en su contra. Por supuesto que, los árbitros se equivocan y se van a seguir equivocando o “equivocando”, por supuesto que, la corrupción en el fútbol es enorme, pero por favor no me jodan con que eso alguna vez no benefició a muchos de los que se escandalizan hoy con los errores arbitrales.

El hincha sin memoria o peor aún, con memoria selectiva, nada tiene que envidiar a los “correlí” que solo creen que es corrupto el político saqueador del partido opositor, pero mutis por el foro cuando el ladrón es de la casa.

Quien tiene que esperar la repetición de una jugada para pontificar hablando de un error arbitral, mejor debería quedarse callado porque no tiene ningún derecho a opinar. Es como hablar con el diario del lunes. O en todo caso debería asumir que su opinión no es en el instante sino que, viendo una y otra vez una acción desde diversos ángulos.

Por todo esto, creo importante abrirse a utilizar la tecnología en el fútbol. Ningún deporte que lo aplicó dejó de ser apasionante como muchos vaticinan. Quienes se oponen dicen que se “va a matar el folklore” del fútbol. Pues, entonces, sean coherentes y dejen de lamentarse cuando se comete un error que se evidencia después de “la repe” o dejen de festejar cuando ese error les favorece.