El río Paraguay está atravesando por una sequía crítica debido a la falta de lluvias. La bajante es de 2 a 3 centímetros por día y las proyecciones no son alentadoras.
La Dirección de Meteorología explicó que los meses de junio a setiembre son considerados de escasa lluvia, pero últimamente, las lluvias están muy debajo del nivel promedio. Lloverá, pero no será suficiente para evitar la sequía.
La Essap promete que el suministro de agua potable está garantizada para el “área metropolitana”, pero esto no es para nada un alivio.
La falta de lluvia y el cambio de ciclos son a causa del cambio climático, nos advierte sobre el flagelo a la naturaleza. En Paraguay en la región sufrimos sequías, en otras partes del mundo hay inundaciones, tormentas, huracanes.
Según las investigaciones de ONU-Agua, por cada grado del calentamiento global, el 7% de la población mundial sufre la disminución del 20% del agua. A la larga la alimentación estará en peligro: subirán los precios y bajarán los nutrientes. ¿Hay forma de remediarlo? Claro que sí, pero depende de la clase política. Las industrias y la ganadería causan el llamado “efecto invernadero” y deben reducirse. Cambiar la visión hacia el cuidado de la tierra, antes que la generación de riquezas para unos pocos, es la única salida.