@feryirobles Los niños en situación de calle es la postal de Asunción en muchas de las veredas, semáforos y baldíos de la ciudad, muchos de ellos explotados por sus propios familiares y otros abandonados a su suerte.
Esta semana, un grupo de niños se instaló en la Terminal de Ómnibus de Asunción, y se dedicaban a mendigar o a robar para poder alimentarse. Un día después, se hizo viral un video grabado por un transeúnte, donde se veía a 6 niños de entre 5 y 12 años amaneciendo en una vereda en la esquina del Congreso Nacional, a la vista de las más altas autoridades del país.
Sucios, con la ropa rotosa y un evidente estado de desorientación a consecuencia del consumo de drogas, se despertaron y siguieron su día con rumbo desconocido. Y finalmente cerramos la semana con otros casos de abandono, como el de las 5 hermanitas de Capiatá, y los tres recién nacidos tirados en las veredas.
Este es el panorama en que este 16 de agosto se festejará en nuestro país el Día del Niño. Sin mucho que celebrar, en medio de una problemática que afecta directamente la integridad de cada uno de ellos.
Y mucha de la culpa la tenemos la propia ciudadanía. Si bien la Secretaría de la Niñez y la Adolescencia trabaja y supervisa las tareas para la protección de los niños, los trabajos se dificultan por la indiferencia de la gente. También, las consecuencias de la burocracia con la que se manejan las instancias hacen que la problemática se mantenga.
Pero insisto, muchos tiene que ver con que la gente se limita a indignarse. Muchos ignoran que sus “métodos de ayuda” solo empeoran la situación. Sobre todo pasa con lo que están en las calles. Con buenas intenciones las personas les provee dinero, alimentos o regalos; pero esto solo contribuye a que sigan en las calles.
Se necesita la colaboración de los adultos. Celebremos su día respetando sus derechos, denunciando estas situaciones. Queremos niños riendo, estudiando y jugando.