@diegomarini En pocos día más volverán los estudiantes a desfilar tratando de imitar a las fuerzas militares. Hasta este momento no se ha pensado ni intentado realizar homenajes a la Patria más allá de estos pasos de corte marcial en instituciones civiles.
Los educandos no deberían imitar a los soldados, ya que ambas instituciones están en las antípodas del pensamiento. En la escuela se debe discutir, opinar, disentir, cuestionar, conocer, experimentar, oír, y aprender el respeto a los demás por encima de líneas de jerarquía, mientras que en la milicia se parte del verticalismo y de la obediencia extrema.
Los desfiles estudiantiles fuerzan a los estudiante a marchar con ritmo militar, a vestir botas de soldados y hasta a lucir guantes blancos ¿Por qué? Se entiende el origen, pero ya ha pasado demasiado tiempo desde el auge de fascismo y el nacionalismo como para no poder ensayar otras fórmulas.
La sociedad hoy no está uniformizada, por y gracias a la lucha de muchas personas existe la libertad de pensamiento, la diversidad, y estos intentos de rasurar la juventud, son anacrónicos y absurdos.
En el caso de las niñas
y adolescentes el caso es aún peor, con disfraces de paquitas, alimentan el morbo de varones de todas las edades que quizás después se espantan cuando leen los índices de casos de violencia sexual contra niñas y mujeres jóvenes.
No se puede exponer de esa manera a personas que aún se encuentran con tutela legal especial de acuerdo a todo un Código que las protege. Es una falta de respeto a la mujer y una situación de exposición incompatible con la niñez. También denunciaron estudiantes que han sido discriminadas por motivos de talla, peso, altura puestos como filtro para ingresar al llamativo sitio de las chiroleras.
El MEC debería intervenir y recordar a los docentes el significado de la escuela, el aprendizaje y todos nosotros deberíamos debatir y pensar formas para homenajear a la Patria de una manera más útil, reflexiva y hasta divertida.