En los días que tuve a mi papá internado por COVID descubrí que sos un bendecido si tenés la suerte de ver el sol.
El astro mayor sale temprano todos los días y brilla para todos.
Te recuerda calladamente que tenés un día más para construir un mundo mejor.
Hoy recuerdo cómo quería que el sol le volviera a dar en la cara a mi papá, cuánto recé por algo que es tan gratis para tantas personas.
Finalmente, tras 10 días de estar intubado, mi papá salió vivo en una tarde de junio.
Agradezco a mi trabajo y mis colegas que me acompañaron de distintas maneras.
Pude estar en ese momento en que salió en silla de ruedas y dio sus primeros pasos para luego recibir su abrazo.
Desde el coche adornado con globos y carteles recibió aplausos de los familiares de otros pacientes internados mientras salía.
Sé que en sus adentros ellos hubieran querido estar en nuestro lugar. “Se nota por la cara de ustedes que consiguieron el alta”, nos dijo una mamá que tenía en terapia a su hijo de 24.
Le agradezco a mi papá por no rendirse y enseñarme a seguir luchando. Recordá que el sol es la mayor muestra de que tenés 24 horas para dar lo mejor de vos.