Somos una generación compleja. Nos dicen que debemos ser los mejores, que debemos salvar al mundo y que debemos cumplir con los estándares de perfección social. Pero tenemos tan poco tiempo para todo que olvidarnos salvarnos a nosotros mismos, y por alguna razón terminamos conformándonos con menos de lo que merecemos. Todo el mundo excusa al otro “por la falta de tiempo” y porque “peor es nada”, pero es momento de darte cuenta de quién está dispuesto a amarte y quién no.
Llega un tiempo en el cual tenemos que hacer lo correcto y honrarnos no solo a nosotros, sino que a quienes nos rodean. Lo que estás dejando ir es la relación, pero no el amor que sientes por la otra persona. Si amás algo, si amás a alguien y sentís la necesidad de dejarlo ir, sí es necesario que lo hagas. Puede que al principio duela, pero una vez que el dolor se vaya, te sentirás más viva que nunca.
Comenzarás a ver las cosas desde una perspectiva diferente y comprenderás que dejar ir es un signo de fortaleza, valentía y gran amor. Es tu trabajo darte cuenta de que sos el amo o la ama de tu destino. Decidí que merecés una amistad real, un compromiso verdadero, y un amor completo, con personas sanas y prósperas. Entonces esperá en la oscuridad, sólo por un momento, y mirá lo rápido que todo comienza a cambiar y mejorar.