19 may. 2025

Cuando robaron a la lora “Lili”

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Ña Isabel no se quedó con los brazos cruzados cuando descubrió que su lora “Lili” había sido robada de su propia casa. Muy enojada y a la vez preocupada, se cambió de ropa y fue, sin rodeos, a denunciarlo ante el Ministerio Público.

Hace tiempo que los pobladores del Barrio 3 Tapiracuái, de Santaní, habían perdido la tranquilidad. Las calles se volvieron inseguras y ya ni las ropas se pueden dejar tendidas en el patio. Se roban todo.

La señora no quiso quedarse sin hacer nada. Entonces, inició una intensa búsqueda por todo su barrio. Grande fue su asombro cuando encontró a su emplumada amiga en la casa de su vecina Esther.


El robo de una lora y la compra de un papagayo son una sencilla muestra de la reinante desigualdad social”


La mujer explicó a ña Isabel que un hombre llegó a su casa, con el ave en la mano, y se la vendió por G. 150 mil.

A pesar de que “Lili” volvió a su hogar, los lugareños tomaron el robo como una situación seria. La delincuencia y el “rapiñaje” se estaban yendo al extremo.

Un hecho bastante similar ocurrió un día antes en Asunción. Dos papagayos rojos y dos pavos reales fueron robados del Jardín Botánico. Estos animales exóticos son vendidos en el mercado negro entre G. 8.000.000 y G. 20 millones.

El robo de “Lili” y las elegantes aves de la capital son una clarísima muestra de la desigualdad social que se percibe en nuestro país. Imaginate todo lo que podría haber detrás de lo ocurrido en Santaní. ¿Quién se roba un lorito? Podría ser un joven perdido en la drogadicción. O quizás una persona desesperada por pagar la libreta de la despensa.

Por otra parte, ¿quién gastaría tantos millones para tener un pavo real? A las familias adineradas les encantan las “mascotas” extravagantes y, a pesar de que la ley prohíbe la extracción de animales del área silvestre, si pagás a la Seam G. 500.000 mensual por cada una podés tener en casa ñandúes, monos y hasta tigres. Para los ricos, la ley es “flexible”, relativa, burlable. Pero para personas como el ladrón de loro, es implacable.