13 dic. 2024

Corriendo todos los límites

@pablonoearaujo @pablonoearaujo

La mejor manera de conocer a alguien es dándole poder, un poder que se tiene cuando se ejerce. A partir de ahí analizar a las autoridades se vuelve mucho más simple, porque nos brindan elementos esenciales de su personalidad, exponiéndolos a la vista de todos.

Horacio Cartes, desde que asumió la Presidencia de la República nos ha dado confesiones públicas de su forma de ser, de sus ambiciones y de lo que considera los fines de su gestión. Esto preocupa ya que vive constantemente moviendo los márgenes de lo tolerable. Sus constantes exabruptos demuestran claramente que sus objetivos no están precisamente apegados a los mandatos de la democracia.

Señalar que Mburuvicha Róga es el PC de los colorados, hacer un guiño al stronismo ignorando el dolor de tanta gente y el contexto internacional de una dictadura sangrienta, decir que no atenderá el teléfono a los opositores que vencieran en los próximos comicios municipales son las últimas pruebas de su apego al autoritarismo.

Resulta casi imposible pedirle un poco de republicanismo a alguien que siempre conoció los límites de la ley para vivir al margen de ella. Anotarse en el padrón electoral para poder votar, ya como candidato a Presidente a sus más de 50 años, es la señal más evidente del desprecio hacia la vida ciudadana activa. Las denuncias de presuntas irregularidades en el destino de sus cigarrillos ya no solo sirven como elemento de investigaciones periodísticas, también forman parte de las discusiones en el propio senado brasileño.

Horacio Cartes se convirtió en un peligro severo para la democracia por su conducta al frente del Ejecutivo, por la prepotencia y soberbia ejerciendo del poder. Vive permanentemente corriendo los límites de lo permitido y como tiene un entorno genuflexo, la única manera de evitar sus abusos es apelar a la ciudadanía, aquella que sueña con una democracia con educación, salud, empleo y oportunidades verdaderas para todos.