05 mar. 2025

Cartes, el menos inteligente

@ruthbenitezdiaz @ruthbenitezdiaz

Hablar de la escasa y muy mala comunicación del presidente Horacio Cartes se puso de moda. Se le cuestiona sus furcios discursivos, su falta de tacto, la mala gestión para que la información sobre las obras estatales llegue a la gente y ahora su estrategia de comprar medios para tener más poder.

Pero fuera de la crítica, muchos, ante la sorpresa de la noticia de que Sarah Cartes se convirtió en propietaria del Grupo Nación y luego del Diario Popular y medios hermanos, ponderaron al presidente como el más inteligente de los últimos años, en comparación con Federico Franco, Fernando Lugo o Nicanor Duarte Frutos, alegando que Cartes sí hace buenas jugadas para lograr sus objetivos, además de la supuesta intención de reelección.

Sin embargo, lo único que hizo hasta ahora fue dar pasos torpes. Cartes no es inteligente, tiene mucho dinero que “todo lo puede”, pero no la capacidad de resolver problemas, sino más bien, de generarlos.

Es una percepción sumamente errónea creer que lo que el presidente logró hasta ahora fue por inteligencia. Para nada. Cualquiera que tenga su fortuna, que además es dudosa, puede hacer lo mismo. Cartes solo entra en problemas innecesarios.

En su momento perdió el apoyo de gran parte del Congreso que en principio tenía en sus manos, propició la formación de una oposición dentro de su propio partido, se separó del poderoso Calé, se enemistó con la prensa, se volvió sumamente antipopular y ni hablar de las infortunadas metidas de pata en sus discursos que lo eternizarán con frases poco inteligentes y brutas como: “exportamos pobreza”, “te sacó la novia”, “qué querés que haga con el muerto” o “si mi hijo es gay me pego un tiro en las bolas”.

Quizá en su afán de mejorar su imagen decidió comprar medios. Pero lo que sus “monges negros” quizá no le advirtieron es que la gente no cree en los medios oficialistas, no los compra, no los consume, porque no les creen.

Ahora a Cartes solo le resta aprender a llegar a las masas y hacer un gran esfuerzo para que su “inversión” en materia de comunicación, le sirva.