22 ago. 2025

Bebé de la casa

Por Hugo Barrios @Huguelli Por Hugo Barrios @Huguelli

Al momento de escribir estas líneas, debajo de todos mis abrigos, luzco una camiseta roja que tiene el dibujo de un tierno dragón con colmillos y moño. El animal de fábula aparece sonriente y es la mascota del grado de mi hija, que va al preescolar. El diseño no es precisamente muy “masculino” que digamos, pero me importa tres pepinos. Un papá entiende de estas cosas y es el primer fanático de su campeón o princesa.

Ser mamá o papá te cambia la vida. Uno ve las cosas diferente. Lo que antes te parecía quizás algo insignificante, en tu hijo se agiganta: un escrito, un dibujo, un juego, una palabra, un par de pasos. A muchos varones les queda grande esta responsabilidad, este privilegio.

De ahí que las demandas por prestación alimentaria se convirtieron en el pan de cada día en los bufetes de abogados. En algunos casos extremos hasta ya no es novedad que un hombre esté acusado de abusar de su propio hijo o hija. Se supone que, los padres deben ser los principales protectores de los hijos.

Por eso, duele lo que pasó con un recién nacido en Lambaré, el último domingo. Ese día hacía mucho frío. Kevin Clerc-Renaud, un joven que fue a la zona de Puerto Pabla, lo encontró frente a una casa. El bebé estaba rompiendo en llanto. Fue hallado en el piso con una manta y a su lado había algunos pañales.

Presumen que una pareja que iba en una moto abandonó a la criatura. Kevin quedó encantado con el niño y se está haciendo responsable de él. Lo más probable es que lo adopte. Lo llamó “Leónidas”, como el rey guerrero de Esparta.

Algo malo está pasando. Están matando a la sociedad con actos cada vez más atroces. Que los propios padres dejen tirado en la calle a su bebé es un síntoma de que la crueldad humana no conoce de límites. Por suerte, siempre habrá acciones esperanzadoras que te digan que no todo está perdido.

El bebé de la casa, Leónidas, fue quitado de su hogar y ahora recibe el inmenso cariño de extraños que se convirtieron en familia, porque su familia biológica decidió ser extraña a la especie humana. Ya tú sabes.