Carlos Franco @carlitosfranpy
Una amiga a la cual quiero mucho, pero que suele meter la pata con sus preguntas que duelen como un calambre a las tres de la mañana, me preguntó directamente ayer, Día de Madre, cómo me siento en esa fecha teniendo en cuenta que mi mamá falleció hace más de tres años.
Aguantándome las ganas de aplicarle un akapete, le respondí que obviamente me siento mal, porque extraño mucho a mi mamá.
Pero le expliqué que el dolor por no tener a mi viejita no aumenta o disminuye por una fecha especial.
Amigo lector, eso duele todos los días y no cambiará nunca.
Amigo lector, eso duele todos los días y no cambiará nunca”
Mi imprudente amiga (que no es mala, solo boluda) también me consultó mi opinión sobre las personas que llenan las redes sociales con fotos de sus mamás el Día de la Madre, pero el resto del año se olvidan de ellas.
Ya más tranquilo le dije que es un fenómeno propio de las redes sociales, en el cual muchas personas caen, tal vez sin darse cuenta.
Además, le destaqué que no es de mi agrado juzgar el comportamiento de los demás.
Pero me gustaría aprovechar esa pintoresca charla con mi amiga y este espacio para dar humildes consejitos a las personas que tienen la suerte de tener a sus mamis vivas.
Amigo, no le protestes a tu mamá cuando ella te sugiere abrigarte antes de salir, ella solo se preocupa por vos y no quiere que te engripes.
Tampoco desprecies su puchero u otro tradicional platillo, ella se pasó horas preparándolo con mucho cariño y no tiene la culpa de tus pésimos gustos.
Por favor tampoco le digas “pesada” o “metida” cuando te da un consejo, aunque no estés de acuerdo con ella escuchala sin plageos, no te cuesta nada y probablemente quiere evitar que desperdicies tu futuro o tu dinero.
Por último y lo más importante, aprovechala, hermano, decile cuánto la querés, cuidala porque vale oro y disfruta de tu compañía.
Acordate que sin esa señora no serías la persona que sos y nunca olvides que le debés todo.