Ever González (24), un joven sanlorenzano, volvió ayer a su casa con una rodilla nueva tras una novedosa cirugía y, sobre todo, gracias a la donación de tejido óseo de una persona que falleció.
Médicos del Hospital de Clínicas le hicieron una aloprótesis, o sea, un trasplante de hueso con una placa de platino, por un tumor cancerígeno que padecía.
Es la segunda vez que aplican esa técnica, pero la primera en la rodilla. En febrero de este año le cambiaron el hombro a una chica de 16 años.
En el caso de Ever, tardaron cerca de tres meses para encontrar un injerto que le vaya bien. “Prácticamente le reemplazamos todo el fémur”, explicó el doctor Daniel Amarilla, uno de los cirujanos.
Durante la cirugía estuvo despierto y muy tranquilo. El doctor Amarilla indicó que ahora, con el tema del coronavirus, no se puede aplicar anestesia general, porque la intubación presenta un alto riesgo de contagio.
El paciente está muy agradecido con los profesionales y con la familia del donante. “Estoy demasiado feliz. Cuando hay la posibilidad de donar, creo que es lo más maravilloso que se puede hacer para ayudarle a otra persona a que pueda volver a su vida normal”, dijo a EXTRA.
En otros tiempos, cuando no había donadores, en casos así se recurría a la amputación o a otro tipo de prótesis con un costo mucho más elevado.