El lunes pasado, Cristina Barrios llamó a una veterinaria que está a unos 300 metros de su casa, para que llevaran a su gato Ebby, para una medicación y baño, pero la chica no cerró bien el transportador y, al abrir la puerta del auto, el gatito salió corriendo.
“Nosotros nomás luego le solemos llevar, pero como esta vez no teníamos móvil, llamamos y ocurrió esto”, lamentó la dueña del michi.
Desde la veterinaria le pidieron disculpas diciendo que la joven que fue a traer al gatito era nueva y fue un poco desatenta al no asegurar bien la caja donde estaba la mascota. “Para que no haya problemas, mi hija adolescente se fue con ella en el móvil, pero el gatito estaba asustadísimo que corrió, de igual manera, nunca más voy a llevar a esta veterinaria a mi gato”, sostuvo.
Apareció horas después
Tras tres horas de intensa búsqueda, el michi fue localizado en una casa, que está detrás de la veterinaria. “Estaba acurrucado al lado de una pileta, estaba muy asustado que ni a mi hija reconoció. Le arañó en el brazo cuando quiso alzarle”, contó la señora.
El gatito hasta ahora está muy temeroso y no quiere que nadie le toque. “Por suerte logramos encontrarle pronto, pero repito, no lo vamos a llevar más ahí, porque nuestra mascota es como nuestros hijos, es como llevarlos al pediatra y no les cuidan como debe de ser”, reprochó.