Cansados de ser víctimas de atracos por parte de adictos, vecinos del barrio San Antonio, Trinidad, decidieron actuar por su propia cuenta y desalojaron una vivienda que era utilizada como foco de distribución y consumo de drogas, según denunciaron.
Los pobladores ya habían advertido que expulsarían a los ocupantes y que quemarían la casa, de no recibir una solución por parte de la Policía y la Fiscalía. Tras varias reuniones, finalmente la noche del sábado cumplieron con dicha amenaza y sacaron a la familia acusada de vender crack.
En el momento en que llegaron, en la vivienda se encontraban tres personas, una pareja y un menor, que sería hijo de la mujer. El terreno está ubicado bajo cables de alta tensión de la ANDE. “Ahora estamos aliviados, teníamos miedo por nuestros hijos”, señaló uno de los residentes del barrio, quien prefirió permanecer en anonimato.
Agregó que en varias ocasiones realizaron la denuncia en la comisaría e incluso en la Senad, pero nadie hizo caso a sus reclamos. A pesar de sentirse más tranquilos, los vecinos lamentan que la Fiscalía ni siquiera haya investigado a los denunciados por presunto microtráfico y temen represalias.
Patrulla
Una patrulla de la Comisaría 12 habría acompañado el desalojo. Sin embargo, el oficial Jorge Espínola negó que hayan participado en la expulsión. “Cuando llegó la Policía, ya habían desmantelado todo”, manifestó. Agregó que el procedimiento fue irregular, ya que ninguna autoridad ordenó el desalojo. Se realizó el acta de procedimiento y se comunicó el hecho a la Fiscalía.