La pista mojada fue el escenario de un choque fatal ocurrido este martes, cerca de las 17:00, sobre la supercarretera PY-20, a la altura del kilómetro 9, en la ciudad de Santiago, departamento de Misiones.
En el lugar perdió la vida Víctor José Rojas Torres, de 31 años, quien estaba al mando de un automóvil Toyota Allion, de color plateado. El otro vehículo involucrado fue una camioneta Hyundai blanca.
La camioneta era conducida por Ernestina Acosta Larré, quien viajaba acompañada por Liliana Jara, ambas mayores de edad y domiciliadas en Asunción. Las dos mujeres resultaron con lesiones y fueron trasladadas al Hospital de Ayolas para recibir atención médica.
De acuerdo con lo manifestado por la conductora de la camioneta, ella se dirigía hacia Ayolas bajo una intensa lluvia, mientras que el automóvil circulaba en sentido contrario. A causa del agua acumulada sobre el asfalto, Víctor Rojas habría perdido el control del vehículo, cruzando al carril contrario, lo que provocó el violento choque.
Agentes de la Comisaría 7ª de Santiago intervinieron en el hecho. Más tarde llegaron el fiscal de turno, Nelson Colman, y el médico forense Félix María Fornerón, quien indicó como probable causa de muerte traumatismo de cráneo severo. Por orden fiscal, el cuerpo fue llevado al hospital local y luego entregado a su padre, Víctor Hilario Rojas, junto con sus pertenencias.
Víctor Rojas era oriundo de Coronel Bogado, departamento de Itapúa, y desde hace varios años vivía en Encarnación. Allí logró salir adelante como emprendedor en el rubro gastronómico, dedicándose a la venta de asados y formando su propio negocio, conocido como Asados VR.
Tras conocerse la noticia, numerosas personas expresaron su pesar en redes sociales. Amigos, clientes y conocidos destacaron su esfuerzo y sus ganas de progresar. Entre ellos, el concejal de Encarnación Andrés Morel, del movimiento Somos Encarnación, quien le dedicó unas palabras recordándolo como un joven trabajador, constante y siempre decidido a salir adelante.
En su mensaje, mencionó que Víctor llegó desde Coronel Bogado siendo muy joven, sin poner excusas por la distancia, levantándose de madrugada para cumplir con su trabajo y regresando al anochecer en colectivo. También recordó que practicaba hándbol, participaba en un ballet folclórico y que siempre hablaba de sus sueños y proyectos.
Con el tiempo decidió apostar por su propio camino, instalarse en Encarnación y abrir primero una lomitería, que luego fue creciendo hasta convertirse en su emprendimiento de asados.