03 may. 2024

Sin rapaces, hay 3 veces más choques de aves con aviones

Situación crítica en el Silvio Pettirossi porque se suspendió servicio de Cetrería. Retrasar un vuelo o cancelarlo es muy costoso: “Genera pérdida en cadena”.

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Las aves no son las únicas que hacen el trabajo. En la tierra, perros especialmente entrenados por Raúl, les ayudan en la tarea.

Los Tero son los más comunes y los que en más cantidad copan la pista. Aunque no son los más peligrosos, abortaron más vuelos que cualquier otro al cruzarse en el camino de los aviones e impactar por ellos. En los últimos 5 años, los reportes de choques entre aviones y aves aumentaron tres veces.

Lo preocupante, es que cada partida retrasada o cancelada a causa de la presencia de pájaros en el Aeropuerto Silvio Pettirossi implica feroz gasto.

“Genera una cadena de pérdida para las compañías y los pasajeros. Tenemos que pagar hotel a los pasajeros, coordinar con otras compañías para ubicarlos, perdimos conexiones y otro sinnúmero de problemas”, indicó el director Rubén Aguilar.

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Raúl Palacios, experto en el arte de la cetrería.

De los 35 a 40 choques anuales que se daban hasta 2018, actualmente saltó a más de 120 por año.

Esto empezó en tiempo de Mario Abdo, cuando la DINAC cortó relación con la Asociación de Cetrería y Conservación de Aves Rapaces en Paraguay.

De la mano del Dr. Raúl Palacios, experto en el arte de la cetrería, halcones peregrinos y águilas se encargaban junto con canes especialmente adiestrados, de espantar a las aves de la estación aérea.

Así funcionan

“La función de los rapaces es marcar territorio de zona aeroportuaria, como son aves de gran tamaño, ningún ave se quiere acercar”, dijo Aguilar. Palacios, por su parte, explicó que el trabajo es súper coordinado. “No es a simple albedrío que largo a cinco halcones y hacen lo que quieren”, tiró.

Explicó que los encargados de ellas están listos para sacarlas cuando se recibe alguna notificación de la Torre de Control.

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Las aves no son las únicas que hacen el trabajo. En la tierra, perros especialmente entrenados por Raúl, les ayudan en la tarea.

“En la cabina avisan que en tal sector hay una presencia de aves, se le suelta a la ave, hace lo que tiene que hacer y se le llama de vuelta”, detalló.

También con los perros hacen el laburo en los campos encontrando nidos y ayudando a las aves de rapiña a atrapar sus presas.

Con pirotecnia y control de zona

Aguilar explicó que al no tener las aves, los funcionarios de la estación aérea lo que hacían era salir a la pista montados en un vehículo o patrullas con sirena y ahuyentar a las aves con fuegos pirotécnicos.

Además de atacar con los fuegos artificiales, también hacen trabajo de prevención en las mataderías y los vertederos de la zona, para verificar que no atraigan muchas aves. También en el arroyo Itay, con las acuáticas.

Las aves intrusas:

Peligrosas por su gran tamaño:

Cuervos

Caranchos

Cigüeña

Garza

Menos peligrosas, pero hay más

Tero tero

Lechuzas

Gran impacto

“El cuervo, por ejemplo, que pesa aproximadamente 700 gramos, con la velocidad de la aeronave y la velocidad de su cuerpo, equivale a más de 1000 kilos de peso en el aire y puede quebrar hasta el parabrisas del avión. Acá todavía no ocurrió, pero a nivel mundial llegaron a incrustarse en la cabina algunas aves”