Todo comenzó con una simple llamada. Eran cerca de la 1:00 de la madrugada del 24 de abril, cuando un fiscal, huésped del Hotel Colón de Yuty, Caazapá, pidió por teléfono a la dueña, Liliana Arzamendia., que le abriera el portón para meter su auto.
No estaba solo. Supuestamente, ingresó con un hombre que fue identificado más tarde como un músico de 33 años.
Minutos después, el hotel quedó completamente a oscuras. Se cortó la electricidad de forma repentina.
La dueña y su comadre (la recepcionista) que estaban descansando en el segundo piso junto a su hijo de 10 años, bajaron para revisar qué pasaba. En plena oscuridad, la segunda mujer se encontró en las escaleras con un desconocido armado con un cuchillo. Tenía barba y vestía una remera de color verde. ”Era el mismo hombre que había entrado con el fiscal”, según contó Liliana a EXTRA.
Hubo alcohol y pelea de por medio
Allí, su comadre le gritó, le dijo que corriera y eso hizo ella.
El sujeto intentó acercarse al niño, los persiguió por el pasillo y la mujer, desesperada, le estiró, logró salvarle y también corrió con él hasta su habitación.
Desde ahí pidió auxilio a gritos y llamó al 911. Ninguno de los demás huéspedes los ayudó. El hombre incluso golpeó la puerta y forzó el picaporte, pero no logró abrir, según la versión de la afectada.
Los agentes de la comisaría 3° llegaron poco después y, junto al guardia del hotel, revisaron todo el lugar. Encontraron que el apagón fue provocado: las llaves de electricidad habían sido bajadas a propósito.
Buscaron al sospechoso por todos lados, pero no lo encontraron. Solo una habitación no fue revisada: la del fiscal, quien, según la denuncia, se negó a permitir el ingreso diciendo que estaba cansado.
“Nosotros calculamos que se entendía con el fiscal y que ellos estaban peleando, porque también forzó la cerradura (de la puerta del fiscal), manifestó Liliana.
Mientras el tipo, que aparentemente se escondió en la pieza del agente del Ministerio Público, los policías dijeron que se harían guardia en el lugar hasta que salga. “En vista de que el fiscal escuchó la conversación, entonces, cuando estábamos sentados en la entrada del hotel, en eso se bajó una persona desconocida y ahí nos percatamos que era él, pero nadie le detuvo en ese momento”, refirió Liliana.
Pero... ¿qué pasó?
Ese mismo día se rajó del lugar.
Tras el incidente, los policías le tomaron los datos al personaje que dejó de ser un desconocido y este se retiró del lugar como si nada.
Lo más raro de todo es que el fiscal se retiró del lugar ese mismo día y no dio explicaciones a la dueña. Por el susto, la recepcionista está siguiendo tratamiento psicológico y el niño no puede dormir en las noches.
“Encontramos rastros de que la persona (el músico) estaba adentro (de la pieza del fiscal) porque estaba hecho una mierda. El fiscal le metió, le trajo y le ocultó de nosotros para tomar bebidas (...) le vino un traslado y estaba haciendo su despedida”, indicó.
Negó todo
Fiscal dijo que no entró con el requintista
EXTRA habló con el fiscal, quien dijo que el hombre no llegó con él, no es su amigo y tampoco se escondió en su habitación. En todo momento negó. “Yo creo que estaba muy borracho (por el músico), nada de cuchillo, eso es categórico. Mentira, eso es (que estaba armado). Se confundió (al entrar el hotel), estaba muy borracho y se golpeó por la llave y ahí nomás fue que se apagó (la electricidad del hotel)”, manifestó.